LA CARA Y LA CRUZ DE SER UN
EDITOR ESPAÑOL
La crisis económica está castigando mucho el mundo
de la cultura en España. No sólo el libro se ve afectado por una caída en las
ventas, también el cine, el teatro y el arte han visto reducir mes a mes
público y compradores. Como cualquier ciudadano de cualquier país, los
españoles cuando tienen que ahorrar prescinden de ocio y cultura: el cine se ve
en casa y los libros se piden en la biblioteca o a los amigos. En cuanto a los
lectores en digital, cada vez más abundantes, para ellos la crisis se ha
traducido en la oportunidad de descubrir la cantidad enorme de libros sin
derechos gratuitos que circulan por la red, así como en aprovechar las ofertas
a bajo precio que ofrecen las librerías online.
En resumen, se están comprando menos libros en papel
y cada vez hay más lectores que buscan y descubren libros baratos o gratis en
la red. No hay estadísticas ni estudios sociológicos que lo demuestren, pero
basta son preguntar a los amigos, leer comentarios en redes sociales o escuchar
conversaciones en cafés y metros. El problema es que a muchos lectores no les
importa si sus descargas son legales o no. Y es un problema grave y difícil de
resolver.
Sin embargo, la digitalización también está dando
alguna alegría a los editores españoles, y yo creo que aún les dará más.
Algunos editores me han comentado que en el último trimestre han vendido más
libros en digital que en papel. El papel sigue siendo lo que les da de comer,
pero lo digital empieza a ser el punto de apoyo en las cuentas de resultados de
algunos frente a la avalancha de devoluciones de este septiembre. ¡Y eso que el
IVA del ebook es un 17% mayor que el del papel! Sin embargo, aún quedan muchos
editores para los que las ventas de eBooks son pura anécdota: han hecho el
esfuerzo de digitalizar parte de su catálogo, pero siguen sin ver negocio en el
ebook.
Hay que tener en cuenta también otro factor para el
que tampoco hay todavía datos ni estadísticas: la autoedición. Como en el resto
del mundo, la autoedición ha entrado con fuerza en el mercado español. Desde
hace años, compañías como Bubok ofrecen sus servicios a autores independientes,
cada vez con más éxito, pero el desembarco en España de Amazon y su Kindle
Direct Publishing parece haber estimulado a los escritores españoles. Kindle ya
cuenta con libros autoeditados entre sus best sellers, e incluso hay
editoriales, como B de Books, que han contratado los derechos de algunos de
ellos.
Como decía más arriba, no sabemos cuál es el impacto
de la autoedición en las ventas de los editores españoles, pero es posible que
les esté restando más ingresos de lo que parece.
Los autores tienen poco que
perder, y arriesgan con precios muy bajos, con los que además no dejan de
experimentar. Esto los hace muy competitivos y convierte sus libros en muy
atractivos en momentos de crisis.
El tema del precio del ebook y la necesidad de
tratarlo de forma dinámica no acaba de cuajar entre muchos de los editores
españoles. En España, la Ley del libro establece un modelo de precio fijo,
similar al modelo de agencia. El precio de los libros lo marca el editor, y tiene
que ser el mismo para todos los retailers. Los retailers no puede cambiar el
precio ni hacer rebajas superiores al 5%, ni en los p-books ni en los eBooks.
Esto no significa que el precio de los libros siempre haya de ser el mismo: el
editor puede subir y bajar el precio a su gusto, siempre y cuando lo haga en la
misma cantidad y al mismo tiempo para todos los retailers. (La ley del libro no
lo dice expresamente, pero tampoco lo prohíbe, y se ha convertido en una
práctica habitual entre los editores.) Como ir cambiando el precio de los
libros en papel es muy complicado por razones prácticas, los editores no están
acostumbrados a jugar con los precios. Ni los libreros, que sólo pueden hacer
descuento con los límites que marca la ley, una ley que cada vez son más las
voces que opinan que habría que flexibilizar.
Pero también se abren nuevas oportunidades para los
editores españoles. La digitalización e Internet han facilitado el acceso
rápido, sin problemas de distribución, a un mercado de más de 500 millones de
hispano parlantes, más de 500 millones de potenciales compradores repartidos
por todos el mundo. Amazon ya ha llegado a México, y
probablemente no tardará en aumentando su alcance en el continente
Sudamericano. En pocos años, los
editores que tengan su catálogo en español van a poder ampliar enormemente su
mercado, así que también será, y es, una gran oportunidad para
los editores americanos, ingleses, alemanes, franceses, etc… Para cualquiera
que pueda ofrecer contenidos en español.
Los editores españoles juegan con ventaja: ese
contenido ya lo tienen. Y las crisis no duran eternamente.
Fuente: http://www.actualidadeditorial.com