No encontrarán a Julián
Cárax y su Sombra del viento, pero Córdoba tiene su versión del Cementerio de
los libros olvidados, localización de los éxitos de Carlos Ruiz Zafón, en la
"Olvidoteca", iniciativa que propone una "cita a ciegas"
con un libro que acumulaba polvo en la biblioteca provincial.
Desde principios de
año, los lectores que entran al palacio episcopal que hoy alberga la Biblioteca
Pública Provincial de Córdoba, descienden, como los protagonistas de la
trilogía del autor catalán, por una escalinata misteriosa, realizada por el
francés Miguel Verdiguier basada en un antiguo libro de emblemas del siglo
XVIII, y se encuentran con la Olvidoteca.
"Se trata de
rescatar del olvido obras que han dejado de ser novedad por medio de una cata a
ciegas, de manera que el lector coge al azar un libro envuelto que previamente
hemos seleccionado entre aquellos menos leídos en los últimos tiempos",
explica el director de la biblioteca, Francisco Javier del Río, quien revela
que el lector puede sorprenderse con la tensión de la novela negra americana de
Raymond Chandler o Dashiell Hammett, o releer clásicos como El cartero siempre
llama dos veces (James M. Cain, 1934).
La mayoría de los
usuarios no conocen a los autores que les toca, como por ejemplo, a dos
lectores que abrieron Oro, del británico Dan Rhodes, o El vuelo de la ibis
escarlata de la portuguesa María Valeria Rezène; dos volúmenes que, aunque a
primera vista no "enamoraron" a quienes los rescataron del olvido,
parece que el diseño de sus cubiertas, los ha empujado a darles una
oportunidad. Hay que dar la oportunidad al lector de conocer y saborear libros
olvidados
Las reacciones de los
usuarios se valoran haciendo un símil gastronómico, por medio de un tenedor
"si cuando ven el libro, le entra por los ojos"; dos tenedores
"si por el aspecto no le llamó la atención, pero al probarlo le fue
conquistando con cada bocado"; tres tenedores "si la apariencia fue
irresistible pero le decepcionó" y por último si "de principio a fin,
no le ha gustado la experiencia".
Sin embargo, Del Río
insiste en que "hay libros que pueden no resultar atractivos porque no
está de moda el género, como las históricas o la novela negra", si bien,
el bibliotecario opina que entre los más de 200.000 volúmenes del fondo documental,
hay obras que deberían ser de "obligada lectura" como "Juan de
Mairena" de Antonio Machado.
"Una vez que leen
su cata a ciegas, les pedimos su recomendación sobre otros libros que quieran
que incluyamos en la selección para ofrecer", cuenta del Río, quien confiesa
sorprenderse del gusto "cultivado" de algunos lectores que proponen
incluir El collar de la Paloma, de Antonio Machado.
"Algunos libros no
deberían estar olvidados"
La Perla, de John
Steinbek; La isla del Tesoro, de Robert Louis Stevenson; Sin noticias de Gurb,
de Eduardo Mendoza o La Tesis de Nancy, de Ramon J. Sender son algunos de los
títulos sugeridos con quien se atreve a participar en la cita a ciegas de los
libros olvidados.
Pero para rizar más si
cabe la experiencia literaria, la Olvidoteca propone el "más difícil
todavía": un concurso de microrrelatos, abierto a todas las edades, en el
que lo imprescindible es la metaliteratura, da igual la manera en la que
aparezca el libro, pero es imprescindible en el desarrollo de la trama.
El director de la biblioteca
insiste en la idea de que los libros de la Olvidoteca no debían de estar
olvidados, porque detrás de un libro poco leído puede haber una historia que
sumerja al lector en horas de lectura y cuenta el caso de que hubo un año en el
que no se prestó ni un solo libro de William Faulkner, Premio Nobel y dos veces
Premio Pulitzer.
"Hay que dar la oportunidad al lector de conocer
y saborear libros olvidados", propone del Río, fuera de los éxitos de la
mercadotecnia literaria.
Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/2397019/0/olvidoteca/biblioteca/libros-olvidados/