lunes, 11 de febrero de 2013



El modelo de negocio de las librerías está cambiando

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Dana Brigham en su librería de Massachusetts. Fotografía de Guido Vitti
En los últimos meses han salido varias noticias alrededor del mundo de las librerías, noticias muy a menudo relacionadas con la crisis del sector (a raíz de la irrupción del libro digital y de otras formas de consumo cultural) y con las posibles alternativas al modelo actual de negocio. En el post de hoy nos hacemos eco de dos artículos que hablan sobre el futuro de las librerías y el de las editoriales que mantienen librerías.
El artículo Novel ideas for indie bookstores, de Jennifer Miller, publicado el año pasado, arranca comentando que el plan de reestructuración de Barnes & Noble contempla grandes cafés y productos más novedosos. En otras palabras, menos libros. Lo mismo ocurre con las librerías independientes, que están adoptando diversas estrategias, tales como:
1. Crear productos clúster. Crear un entorno dentro de la librería que agrupe productos relacionados con los libros que se venden. La librería Brookline Booksmith (Massachusetts) dedica hasta un tercio del espacio de la tienda a productos complementarios. Por ejemplo, espátulas y tapones de vino junto a los libros de cocina.
2. Actuar localmente. Square Books (Misisipi) se proyecta como un centro de ideas —no sólo de libros— y acoge en su seno la radio local Thacker Mountain. Y si alguien dentro de una milla de los límites de la ciudad quiere un libro, los empleados se lo llevan en persona. “Amazon presume de la rapidez con que pueden conseguir libros para usted, pero nosotros somos más rápidos”, dice el propietario.
3. Convertirse en imprenta. La libreía Bellingham (Washington) ha adquirido la Expresso Bookmachine, con la cual puede imprimir libros de 200 páginas en 10 minutos. Mediante la impresión bajo demanda, la tienda imprime ahora libros fuera de catálogo y puede alojar e imprimir libros autopublicados.
4. Ayudar a la competencia. La desaparición inminente de Subterranean Books llevó a cuatro librerías cercanas a crear Independent Bookstore Alliance y a repensar el local como taller o lugar de encuentro para lectores ávidos de nuevas competencias digitales.
Retransmitir eventos. BookCourt (Nueva York) transmite en streaming lecturas en vivo en su sitio web, bookcourt.tv. Los televidentes pueden comprar los libros firmados por los autores, la tienda se encarga de los envíos.

El Café Coma (Corea)
El artículo Should Publishers Open Bookstore Cafes? They Are in Korea, de Dennis Abrams, se cuestiona si las editoriales deberían abrir librerías cafetería, tal como se está haciendo en Corea. Efectivamente, en Corea bastantes editoriales están abriendo librerías café y están teniendo bastante éxito y eco. Las editoriales que tienen librerías café dan a los editores la oportunidad de interactuar directamente con los lectores y compradores de libros. Evidentemente, pese a ser librerías que dependem de una editorial no se comportan de manera “clásica”.
“Realmente nos esforzamos por ser algo más que un café, una librería o una biblioteca”, comenta el gerente de la cafetería, Jeong Ji-yeon. “Muchos editores de la editorial Changbi Publishers también trabajan en el café y celebran aquí sus reuniones editoriales. Recibimos la visita de todos nuestros lectores y escritores. Creemos que es importante contar con un lugar físico para mostrar los libros e interactuar con la gente, a pesar del aumento del número de librerías en línea. Mientras que los libros digitales son exclusivamente contenido, los libros como copias físicas tienen algo más que ofrecer.”
El artículo finaliza con una disyuntiva: “¿hay más oportunidades de negocio para los editores si entran en el juego minorista y buscan más directamente al consumidor, o bien la venta de libros ya no forma parte del ADN de los editores o de sus competencias básicas? “

Fuente: www.actualidadeditorial.com